LA NOCHE SERÁ NEGRA Y BLANCA

de Socorro Venegas 

(ed. La Parte Maldita)


Socorro Venegas es una reconocida escritora mexicana (nacida en San Luis Potosí, vive actualmente en Cuernavaca) y con esta van varias escritoras mexicanas leídas en los últimos meses (y tengo más en mi lista de próximas lecturas). ¿Será que México está de moda en la literatura? Creo que no es eso, más bien me parece que su cultura tan prolífica ya está instalada como un clásico. Pero tengo que decir que no todas me gustaron tanto como esta, o mejor dicho, no llegaron a conmoverme tanto (e incluyo en la lista a la consagradísima Guadalupe Nettel, que no está entre mis favoritas, debo decir, a pesar de su gran prestigio y la aceptación de la gran mayoría de sus lectores y lectoras).

Con este novela, "La noche será negra y blanca", publicada por primera vez en 2009, la autora ganó el Premio Nacional de Novela Carlos Fuentes en la categoría Ópera Prima. La Parte Maldita la trajo a Argentina a comienzos de 2024.

La cosa es así: Andrea es una mujer joven quien un día recibe un mensaje de su padre, desaparecido de su vida hace años, para que vaya a verlo a Denver (Estados Unidos). Nada supo de ese padre durante todo ese período en el que ella terminó de crecer y madurar. Lógicamente, ese llamado es un potente disparador que la va remontar hacia su pasado, sus años de niña con una madre "olvidada de sí misma", un padre alcohólico y cariñoso por el que tenía debilidad, y un hermano menor con el que la une la relación más tierna. 

Así, vamos a conocer que esa familia imperfecta pero de algún modo feliz, quedó rota por un duelo atroz.  Andrea intenta revivir sus años perdidos en el duelo, necesita volver la mirada hacia atrás para entender qué pasó en su vida. Sostiene que no es cierto que el duelo se supera, ella nunca lo superó. Salió de la experiencia siendo una persona distinta, pero la que era ella de niña, se perdió ahí. Y si bien dije "duelo", la verdad es que no es ese el único fantasma que la acosa. Hay uno aún mayor que nunca se pudo sacudir y es el de la culpa. Enorme culpa. No te voy a contar qué pasó, eso lo vas a tener que descubrir leyendo la novela (qué difícil reseñar sin spoilear). Pero sí quiero traer una pregunta grande y pesada que deja la lectura: ¿Qué le pasa a una niña que sobrevive a una tragedia familiar? 

En resumen, para reencontrarse con el padre perdido Andrea intenta reconstruir su historia, la de él y la de ella misma también. Y el camino es conmovedor. En el proceso va a tener una ayuda imprevista. Un prestigioso escritor, a quien está entrevistando, va a ser una insólita guía en esos inciertos pasos. Andrea necesitaba un empujoncito, y la vida la cruzó con este poeta un poco arrogante que va a terminar siendo justo lo que estaba necesitando.

Está escrita con simpleza pero a la vez con mucha profundidad en el decir y en el mirar (todos sabemos que esa es la combinación más difícil de lograr, la aparente simpleza que no es tal). Es precisa, no sobra nada y una ternura triste acompaña cada página. Es una tristeza con sabor agridulce: la parte agria tiene que existir para darle vuelo a la historia, pero la parte dulce no deja de estar presente en ningún momento tampoco. A mí me encanta esa mezcla.




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